viernes, 22 de febrero de 2008

La fauna de las Fragas del Eume y "Tierra"

Fauna de las Fragas del Eume, A Coruña



"Cabecera y cierre del documental de fauna hecho para el Parque Natural de las Fragas del Eume en Coruña.

Dos años de producción fueron necesarios para completar este trabajo. No es "Tierra, la película de nuestro planeta" pero teniendo en cuenta la diferencia de medios desplazados... bueno que opine cada uno.
", dice su autor. Yo propongo aquí su tema para intentar contribuir a su difusión y si os gusta, por favor: opinad.




Anuncio de "Tierra, la película de nuestro planeta".




Visita selvalupi.com

Gracias por tu labor y por tu arte, Ramiro ;-)

jueves, 21 de febrero de 2008

Cahiers du cinéma... y del arte en general


Dialogismos

Carlos F. Heredero

¿Acaso Don Quijote de la Mancha no era ya una reescritura de las viejas novelas de caballerías...? ¿Hemos olvidado ya que Borges reescribe a Cervantes, que Picasso reescribe a Velázquez, que Fernando Pessoa reescribe a Walt Whitman...? ¿No sabemos todos, de hecho, que cineastas clásicos como Leo McCarey, Alfred Hitchcock, Raoul Walsh o Howard Hawks se reescribieron incluso a sí mismos...?
Conviene recodar, con Harold Bllom, que "los grandes textos son siempre reescritura o revisionismo" y que "se fundan sobre una lectura que abre espacio para el yo, o que actúa para reabrir viejas obras a nuestros recientes sufrimientos". Parece oportuno rememorar, pues, que novelas, pinturas, poemas, obras de teatro, sinfonías y películas nacen por lo general como respuesta o reacción a creaciones precursoras. Ha sido siempre así y no parece que esta dimensión se encuentre precisamente ahora en retroceso, sino más bien en auge y, además, con renovado ímpetu autorreflexivo.
Enfrentado a la memoria y a la conciencia de sí mismo, pero sobre todo a la plena disponibilidad de su propia Historia (éste sí, un fenómeno de radical novedad), el cine contemporáneo se mira en el espejo y se aplica a la tarea de rehacer sus antecedentes, sus fuentes de inspiración, sus referentes básicos e incluso sus propias imágenes. A fin de cuentas, si el manierista Douglas Sirk reescribía ya al clásico John M. Stahl, y si el moderno Fassbinder reescribía a Sirk, ¿en qué consiste exactamente la novedad de la reescritura que el posmoderno Todd Haynes hace también de Sirk? Si Fritz Lang reescribía a Jean Renoir (Deseos humanos), ¿cuáles son los rasgos diferenciales de la reescritura que Gus Van Sant hace de Hitchcok (Psicosis) o de la que Hou Hsiao-hsien hace de Yasujiro Ozu (Café Lumiére)...? Si los maestros clásicos rehacían sus propias películas, Kurosawa incluído, ¿qué tiene en realidad de novedoso que Godard o Patino se vuelvan sobre las suyas para reconstruirlas ahora bajo nuevas formas...?
A estas preguntas trata de ofrecer algunas respuestas el ciclo Reescrituras, que Cahiers du cinéma-España programa en el Festival Internacional de Las Palmas de Gran Canaria, porque, ciertamente, los rasgos diferenciales de las obras actuales dibujan un sugerente campo de estudio para poder comprender, un poco mejor, la naturaleza de la creación fílmica en el momento presente. Un ciclo que ofrece una imagen representativa de unas prácticas que ya no son exclusivas de la radicalidad o de la producción alternativa, sino que empiezan a instalarse también, cada vez con mayor frecuencia, en el corazón del mainstream.
Cuando en el horizonte inmediato se atisban ya las nuevas reescrituras que Michael Haneke y Wong Kar-wai acaban de hacer de sus propias obras (Funny Games, Ashes of Time), conviene recordar -frente a posibles recelos de matriz nostálgica- que "el inventor sabe cómo pedir prestado" y que no estamos hablando aquí de ninguna forma parásita o plagiaria, sino de unas propuestas que derivan de la reflexión plenamente consciente sobre los "dialogismos" a los que alude Umberto Eco para recordar que los libros (y las películas, decimos nosotros) dialogan entre sí. Unas propuestas y una práctica que no hacen sino poner en escena la lucha del cine actual más consdciente por asumir lo que Harold Bloom llama la "angustia de las influencias". Un combate marcado por la sobreabundancia de imágenes, por la apertura del nuevo horizonte digital y por la crisis consecuente de los viejos modelos.
Si, como decía Carlos Losilla, "el cine clásico, fantasma de sí mismo, se ha subsumido en la escritura manierista y viceversa", entonces quizá podríamos decir también que una parte relevante del cine contemporáneo, espectro de su propia angustia, se ha subsumido en la práctica de la reescritura y del palimpsesto para tratar de encontrarse a sí mismo.

Fuente: Cahiers du Cinéma, especial Festival Internacional de Cine, Las Palmas de Gran Canaria.

martes, 19 de febrero de 2008

Círculos, circunferencias, espirales y brotes tiernos.




"Brotes tiernos"
" Dentro existe el sueño, fuera el enrojecimiento, en la mañana existe el significado, en la tarde el sentimiento. En la tarde existe el sentimiento. En el sentimiento cualquier cosa descansa, en el sentimiento cualquier cosa se acumula, en el sentimiento existe resignación, en el sentimiento existe reconocimiento, en el sentimiento existe repetición y completamente equivocado existe un pellizco. Todas las posiciones tienen vaporizadores y todas las cortinas tienen edredones y todo lo amarillo tiene discriminación y todo el círculo tiene circunferencia. Esto hace la arena. "
Gertrude Stein (EEUU, 1874-1946)



Ambas fotos están tomadas por esta menda lerenda; la primera son los brotes y capullos de mi alucinantemente impresionante orquídea y la otra de una escalera que conocí una vez y ni subí ni bajé, pero sí miré y contemplé y recordaré.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Laconada de Carnaval






Lacón con grelos
EL PLATO CORAL DEL ANTROIDO




Allá a principios del siglo XX, Manuel María Puga y Parga, más conocido en el mundo de la gastronomía por su seudónimo de ‘Picadillo’, cerraba una por lo demás imposible receta de lacón con grelos con estos versos:
“El labriego gallego, en Carnavales,
toma lacón para olvidar sus males;
y en bailes y foliadas
lo digiere después a bofetadas.
Por eso los lacones
no producen jamás indigestiones”

En una cosa tenía razón el que fue dos veces alcalde de La Coruña: el lacón con grelos, lo que llamamos la laconada, era un festín propio de Carnaval; y digo ‘era’ porque hoy en día se come lacón más o menos cuando apetece, aunque siga siendo plato invernal, más que nada por su contundencia. También acierta al señalar el origen popular, campesino, de la combinación. Medio siglo más tarde, cuando yo era un niño o un adolescente coruñés, recuerdo los días de Carnaval como una sucesión de laconadas; tanto, que hasta en los Salesianos nos daban fiesta el martes de Antroido por la tarde, para que pudiéramos digerir, a poder ser sin bailes ni foliadas, la preceptiva laconada de cierre carnavalesco.
Aunque hay variantes, y generalmente más pantagruélicas -con inclusión, sobre todo, de la cachola porcina-, una laconada al estilo tradicional consta de: una potente sopa hecha en el caldo resultante de la cocción del lacón; la laconada propiamente dicha, con lacón, chorizos -se recomienda uno por cabeza y alguno de propina, por si acaso-, patatas y, claro, grelos; como cierre, las clásicas filloas. Uno cree que Carnaval es la época idónea para disfrutar de la laconada; los grelos están en su momento perfecto, los lacones y los chorizos están en su punto exacto de sal y curación...

No insistiremos en una receta que todo el mundo conoce; pero subrayaremos que un lacón ofrece
varios sabores diferentes, según de qué parte se corte el trozo; que los chorizos no deben picar demasiado, para no erigirse en protagonistas de un plato en el que deben ser sólo un matiz más, y para eso más colorista que sápido; que las patatas han de estar enteras, pero bien hechas, y que los grelos han de ser abundantes. Tengo en mi memoria laconadas fastuosas, y también alguna para olvidar, como aquella con la que abrimos, en Pontevedra, el siglo XXI, en la que habían fileteado el lacón antes de cocerlo...
Uno de los mayores atractivos de la laconada es su carácter coral. Es para comer en familia, si la familia es amplia, o entre un buen grupo de amigos. Una laconada para uno, para dos... no es una laconada, además de que si se prepara como es debido y sólo son dos los comensales, hay lacón para todo el Carnaval.
Pese a comerse en Carnaval, la laconada no admite disfraces: es como es. Emilia Pardo Bazán, cuando daba la receta del codillo, decía: “preguntadle a un gallego, y os dirá que el codillo se llama lacón, y que no está bueno sino con grelos”. Es, todavía, el ‘plato nacional’ gallego, y requiere una tranquila y larga sobremesa, muy lejos de los ajetreos que recordaba ‘Picadillo’.
Los ultraortodoxos dirán que hay que acompañarla con un tinto gallego; uno, sin hacer de menos
nuestros tintos, cree que éste es un caso en el que la ‘globalización’ está más que justificada, y suele regar sus laconadas con algún reserva riojano o ribereño, con más cuerpo, potencia, edad y jerarquía que los -por otra parte cada vez mejores- tintos elaborados en Galicia.
Pero una cosa está clara: un gallego que en Carnavales no se mete en el cuerpo al menos un par de laconadas... corre el riesgo de “desgalleguizarse”. Vamos, que es menos gallego.



página 87



http://www.canaldeportivo.com


© R.C. Deportivo de La Coruña 2006. Todos los derechos reservados

Fotos: Laconada familiar, propiedad de FAUVE, la petite sauvage, autora de este blog, realizadas por Paquiño ;-)

domingo, 3 de febrero de 2008

Sostiene Pasavento, entrevista a Enrique Vila-Matas


"La última década ha consagrado a Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) como una de las figuras indiscutibles de la literatura europea. Esta circunstancia no es más que la culminación de una sólida trayectoria literaria que inicia en 1977 con la publicación de La asesina ilustrada y que continuó con obras tan notables como Historia abreviada de la literatura portátil (1985), Lejos de Veracruz (1995), El viaje vertical (1999), Bartleby y compañía (2000) o El mal de Montano (2002). Según afirma el autor su última novela, Doctor Pasavento, representa el cierre del exitoso eje formado por sus héroes Bartleby-Montano-Pasavento. Pudimos hablar sobre esta última obra, Walser y Pasavento, Nápoles y París, la huida, Enrique Vila-Matas no obsequia nuevamente con un maravilloso viaje a las fronteras de la soledad y la locura.


Sostiene Pasavento, entrevista a Enrique Vila-Matas
Fernando Clemot



La última década ha consagrado a Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) como una de las figuras indiscutibles de la literatura europea. Esta circunstancia no es más que la culminación de una sólida trayectoria literaria que inicia en 1977 con la publicación de La asesina ilustrada y que continuó con obras tan notables como Historia abreviada de la literatura portátil (1985), Lejos de Veracruz (1995), El viaje vertical (1999), Bartleby y compañía (2000) o El mal de Montano (2002). Según afirma el autor su última novela, Doctor Pasavento, representa el cierre del exitoso eje formado por sus héroes Bartleby-Montano-Pasavento. Pudimos hablar sobre esta última obra, Walser y Pasavento, Nápoles y París, la huida, Enrique Vila-Matas no obsequia nuevamente con un maravilloso viaje a las fronteras de la soledad y la locura.

Pregunta: ¿Cómo nace Doctor Pasavento? No parece surgir de una anécdota...

Me puse a escribir Doctor Pasavento porque quería comentar, a través de una narración, la historia de la aparición y posterior desaparición del sujeto en Occidente; quería comentar la historia de la subjetividad desde Montaigne a Blanchot.

Postula en Doctor Pasavento que sólo se pueden observar las señales más ocultas desde el alejamiento, viviendo "en las costuras del mundanal ruido" ¿Es la mejor forma de reflexionar sobre la sociedad el alejamiento de ella?

Comprendo que para un joven que lea todo eso de "vivir en las costuras del mundanal ruido" tienen que resultar desconcertantes las inclinaciones del doctor Pasavento, pues lo lógico es que, si es activo y con ambiciones, ese joven desee meterse de lleno en el mundo, entrar en el combate de la vida. Yo no quiero frustrar antes de tiempo a nadie, de modo que vamos a dejarlo de la siguiente forma: se trata sólo de las tendencias a apartarse del mundo de un personaje de ficción; un doctor que tiene, además, varias personalidades; una de las cuales, por cierto, le lleva siempre a lo contrario de querer desaparecer. En cuanto al autor de ese personaje (es decir yo mismo), comparte con Pasavento alguna de esas inclinaciones, pero no a tiempo completo, del mismo modo que uno puede creer en Dios y al mismo tiempo no creer en él. A mí me gusta mucho estar y no estar, del mismo modo que hay cosas que no han sucedido nunca y tal vez nunca sucedan, nunca existan, y sin embargo están ahí puesto que hablamos de ellas.

Usted ha afirmado que admira de Walser su repugnancia por el poder, su renuncia al éxito... ¿De veras estropea tanto la fama?

Lo que me interesaba en esa repugnancia por el poder era señalar a un tipo de escritor (Kafka era otro) que tenía muy claro que, cuanto más alejado del poder se encontrara, mejor sería la vida para él.

Resulta curioso que uno de los ejes de la novela sea la figura de Robert Walser, un autor no demasiado familiar en el ámbito hispano ¿Por qué Walser? ¿Qué relación le une a este autor?

¡En el ámbito hispano! El mundo es mucho más grande que el ámbito ese. Me han reprochado en Sevilla, por ejemplo, en un programa de televisión, que hable de Walser al que nadie conoce en Andalucía. Pero Walser es fundamental para cierta comprensión de Kafka, que fue el escritor más importante del siglo XX. Walser es suizo, tampoco es que sea un extraterrestre. Y bueno, yo he dado conferencias en Zurich y en Basilea y he hablado largo rato del sevillano Cernuda y nadie se ha escandalizado por algo así; al contrario, lo conocen a Cernuda en Suiza y, es más, sospechan que como mínimo era tan bueno como García Lorca... En cuanto a todo lo que me une con Walser procede del deslumbramiento que me produjo, hace ya una friolera de años, la lectura de su impresionante libro Jakob von Gunten... No es que me guste ser extranjero, es que lo soy: ya he dicho muchas veces que me gusta -como posición metafísica ante la vida- ser como Walter Benjamin en la frontera de Port-Bou en su último día: "No tener nada y ser extranjero siempre". Y, por otra parte, ¿por qué tendría que leer a la española Lucía Echevarria pudiendo leer a Fleur Jaeggy, Virginia Wolf o Simone Weil, muy superiores francamente?

La locura es una de las temáticas principales de esta novela ¿Está el mayor galardón del loco en su libertad?

Les confieso que me encanta en la libertad en la escritura y, por eso -como Cervantes en El licenciado Vidriera- recurro a veces a ella para poder decir ciertas cosas que de otra forma me resultarían más difíciles de encajar en mis textos. Pero que conste que si algo no soporto es a los locos que están locos de verdad; suelen ser unos imbéciles notables.

Doctor Pasavento es posiblemente la más extensa y densa de sus novelas, ¿supone el cierre definitivo de un ciclo?

Es más que probable. Pero también hay que saber que nada en este mundo queda cerrado del todo. De modo que no sería de extrañar que, tras una excursión por otros parajes, un día regresara a mi paisaje Bartleby-Montano- Pasavento.

A vueltas con el ciclo... Hay quien dice que empezó con Bartleby y compañía pero también con Historia abreviada de la literatura portátil o con Suicidios ejemplares... ¿Qué obras cree que lo engloban?

Todas mis obras están, como es lógico, conectadas. Creo yo, vamos.

Su editor, Jorge Herralde, calificó la novela como "una catedral de la metaliteratura" ¿echa en falta alguna pieza a esta obra o está satisfecho con el resultado? ¿Se despide definitivamente con ella de la metaliteratura?

Se olvida en España que El Quijote no sólo es una industria de algunos catedráticos, sino la obra que funda la metaliteratura mundial. Despedirme de esa metaliteratura sería como despedirme de Cervantes y abrazar a Jacinto Benavente.

Usted afirmó en cierta ocasión que "la novela del futuro será multirracial o no será nada". ¿Qué rasgos definirían a esa novela del futuro?

Si yo supiera cómo será la novela del futuro, la estaría ya escribiendo.

Los sambenitos... Se dice de usted que es un escritor de escritores ¿Cómo rebatiría esta afirmación?

Debe haber muchos escritores porque cada día aumenta más el número de mis lectores.

¿Podría darnos algún anticipo de sus próximos trabajos?

Llevo dos proyectos al mismo tiempo, a cual más secreto."



Fuente: Revista de Literatura Paralelo Sur (http://www.paralelosur.com)

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