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domingo, 5 de julio de 2009

LECTURA Y LIBERTAD I

Foto: encontrada en internet.

REPORTAJE: IDA Y VUELTA
Libertad de la novela
ANTONIO MUÑOZ MOLINA


Una novela es la libertad. El acto físico de abrirla es tan simple, tan rotundo, tan cargado de sentidos posibles, como el de abrir una puerta, una puerta de salida y una puerta de entrada. Hasta la tapa del libro parece una puerta que se abre. Salimos de algo y entramos en algo, cruzamos un umbral que se despliega entre nuestras manos, y al principio, como en algunos lugares misteriosos, nos encontramos en la sombra, y sólo gradualmente se acostumbran los ojos a la nueva claridad que irradia del interior del libro. En la casa de veraneo de sus abuelos Proust se encerraba a leer en un retrete con una pequeña ventana desde la que veía el campanario del pueblo. Juan Carlos Onetti leía de niño encerrado en un armario, a la luz de una linterna, acompañado por un gato al que acariciaba tan silenciosamente como pasaba las páginas, y decía que la causa de su mala vista era haber gastado los ojos leyendo en aquel refugio. Muchas tardes de verano yo he leído en un granero lleno de trigo recién cosechado, y en el tacto del papel había residuos del polvo de la trilla.


Empezar a leer se parece mucho a empezar a escribir: es encontrar un hilo y seguirlo, escuchar una voz y dejarse hechizar

Pero no siempre logra uno ese estado de encierro gustoso, de inmersión en aguas muy profundas, ese fervor de libertad en el interior de una novela. Tan necesarias como el libro en sí son las circunstancias: muchas páginas y mucho tiempo por delante, sin distracciones, sin estorbos, con un grado de concentración que según nos dicen cada vez es más difícil, pero sin el cual la experiencia integral de la novela no llega a cumplirse. A lo largo de dos viajes sucesivos en tren y de las ocho horas de un vuelo transatlántico yo he tenido esa oportunidad de lectura perfecta, y también la suerte de haber hallado el libro preciso para satisfacerla, una novela recién publicada que un amigo me trajo de Londres justo cuando preparaba el equipaje, The Winter Vault, de Anne Michaels.

Yo no sabía nada de esta autora. Tan sólo recordaba el título de una novela anterior, Piezas en fuga, que tuve en casa y no leí cuando se publicó hace años en español. Después he sabido que no es partidaria de dar demasiada información sobre su propia vida para que ese conocimiento no interfiera en el encuentro del lector con el libro, que debería ser lo más limpio posible. "De verdad creo que leemos de manera distinta un libro cuando sabemos incluso los detalles más banales de la vida de su autor", ha dicho. Es verdad que yo me he beneficiado de mi ignorancia: el deseo de la lectura lo despertó el título de la novela, La bóveda de invierno, y también un indicio sobre el argumento: en 1964 un ingeniero recién casado viaja con su mujer a la región del Alto Nilo para trabajar en el salvamento del templo de Abu Simbel, que habría sido anegado por las aguas de la presa de Asuán. Nada más. La libertad de la novela es también nuestra potestad de entrar en ella sin obligaciones ni prejuicios y decidir soberanamente si seguiremos leyendo o la dejaremos al cabo de unas páginas, porque en ese reino privado no obedecemos a nadie ni nos dejamos coaccionar por la opinión de otros que parezcan saber más y ni siquiera por la presión inmensa de lo que parece gustarle a todo el mundo. De nuestras preferencias o rechazos soberanos no tenemos que dar cuenta a nadie. La novela existe para nosotros en ese espacio de intimidad que nos protege tras la puerta cerrada de la lectura.

En el fondo, empezar a leer se parece mucho a empezar a escribir: es encontrar un hilo y seguirlo, escuchar una voz y dejarse hechizar y guiar por ella. La voz de Anne Michaels, despojada de biografía, de información, de prejuicios a favor o en contra, empecé a escucharla con una claridad singular cuando abrí su novela junto a la ventanilla del tren que me llevaba al norte, y luego me acompañó en la habitación de un hotel y en otra travesía de vuelta por los verdes cantábricos que se disolvían después en los ocres y amarillos de las llanuras de Castilla. Subí al avión y en cuanto me abroché el cinturón de seguridad ya abrí la novela para que la voz me acompañara, y mi viaje sobre el Atlántico se correspondía con los que emprenden los personajes de la novela, el ingeniero Avery y su mujer, Jean, sus idas y vueltas entre Canadá y Egipto, entre el dulce amor compartido y la desgracia y el remordimiento, y también los viajes que se cuentan el uno al otro, los que se enredan con sus vidas y los que les dieron origen y permitieron que se encontraran. La voz de la novela está hecha en realidad de muchas voces que se escuchan también en ella, y que no se pierden en el clamor general, tan poderoso sin embargo como el de los ríos que alimentan literalmente el fluir de la trama, el San Lorenzo, en Canadá, el Nilo, y de golpe -con esa sorpresa de la lectura que sólo es plenamente efectiva cuando se carece de información previa- el Vístula, el río de Varsovia. En 1945, al otro lado del Vístula, las tropas soviéticas permanecían detenidas mientras los alemanes aplastaban sanguinariamente la sublevación de los polacos y mientras metódicamente minaban y demolían una ciudad entera ya convertida en cementerio.

"No hay dos hechos tan apartados entre sí que no puedan juntarse", dice uno de los héroes de la novela, otro ingeniero, el padre de Avery, que alentó en su hijo desde que era niño el amor por las máquinas y por las grandes obras públicas, por la capacidad humana de comprender y transformar el mundo. La nieve de las cumbres que se ven a lo lejos desde el interior de una selva africana será luego el agua del gran río que fluye por el desierto. El empeño colosal de domar su corriente para que haga fértiles campos de cultivo y produzca la electricidad que mejorará las vidas de millones de personas también traerá consigo una escala de destrucción formidable: paisajes, aldeas, formas de vida, mundos enteros arrasados, miles o centenares de miles de otras personas que son despojadas de todo sin que se les pida su opinión en nombre de un progreso del que ellas no se benefician. Los ingenieros desmontan piedra por piedra el templo de Abu Simbel y lo reconstruyen en otra parte, pero el templo ya es una falsificación. Terminada la guerra la Ciudad Vieja de Varsovia es levantada de nuevo por los supervivientes, pero cuando más se parece a la que fue destruida más mentiroso resulta el simulacro.

La novela es la libertad: Anne Michaels acumula en la suya vidas inventadas, hechos históricos, informaciones sobre ingeniería y sobre botánica, exactitudes de la poesía y de la ciencia, y en esa acumulación hay un desbordamiento de abundancia y un rigor de arquitectura sin peso. La puerta de la novela da a las latitudes del mundo y a las bóvedas más secretas de la experiencia humana.

Piezas en fuga. Punto de Lectura. Madrid, 2001. 400 páginas. 7,60 euros.

http://www.elpais.com/articulo/semana/Libertad/novela/elpepuculbab/20090704elpbabese_5/Tes

jueves, 14 de mayo de 2009

Otra estrella en el cielo (12/05/09)

COMO

SI

NADA...














De mi periplo por los blogs, de homenaje en homenaje, de llanto en llanto, destacaré estos dos (que encierran más):

LOS PERIPATÉTICOS: La lucha de un gigante

LAZY BLOG: Se acabaron las calles

Y hoy viernes 15 edito para añadir un fallo que he tenido al haberme olvidado de esta canción, imperdonable; menos mal que ahí estaba Gatoweb con su canción del viernes...

domingo, 23 de noviembre de 2008

viernes, 14 de noviembre de 2008

Beso De Una Rosa



"Kiss From A Rose"

There used to be a graying tower alone on the sea.
You became the light on the dark side of me.
Love remained a drug that's the high and not the pill.
But did you know,
That when it snows,
My eyes become large and
The light that you shine can be seen.
Baby,
I compare you to a kiss from a rose on the grave.
Ooh,
The more I get of you,
The stranger it feels, yeah.
And now that your rose is in bloom.
A light hits the gloom on the grave.
There is so much a man can tell you,
So much he can say.
You remain,
My power, my pleasure, my pain, baby
To me you're like a growing addiction that I can't deny.
Won't you tell me is that healthy, baby?
But did you know,
That when it snows,
My eyes become large and the light that you shine can be seen.
Baby,
I compare you to a kiss from a rose on the grave.
Ooh, the more I get of you
The stranger it feels, yeah
Now that your rose is in bloom.
A light hits the gloom on the grave,
I've been kissed by a rose on the grave,
I've been kissed by a rose
I've been kissed by a rose on the grave,
...And if I should fall along the way
I've been kissed by a rose
...been kissed by a rose on the grave.
There is so much a man can tell you,
So much he can say.
You remain
My power, my pleasure, my pain.
To me you're like a growing addiction that I can't deny, yeah
Won't you tell me is that healthy, baby.
But did you know,
That when it snows,
My eyes become large and the light that you shine can be seen.
Baby,
I compare you to a kiss from a rose on the grave.
Ooh, the more I get of you
The stranger it feels, yeah
Now that your rose is in bloom,
A light hits the gloom on the grave.
Yes I compare you to a kiss from a rose on the grave
Ooh, the more I get of you
The stranger it feels, yeah
And now that your rose is in bloom
A light hits the gloom on the grave
Now that your rose is in bloom,
A light hits the gloom on the grave.


And this one from Rosie to Mark El Kadhi, who lead her to adore Seal -and others, unless he prefered "Brother" -and others, and hope this happining happening or even better, and others...

domingo, 9 de noviembre de 2008

Disculpas



Un gato es un gato, y un ratón un ratón, al fin y al cabo.

(Sí, es Max el de la foto).

Y yo una persona, y no una máquina, que a veces tiene sobrecarga de asuntos -buenos, malos y regulares- en la vida cotidiana, y que, a veces también, no puede con todo y tiene que renunciar a unos para poder atender a otros; todo depende de las prioridades, que no siempre van correlacionadas con el gusto, el cariño, la libertad, la voluntad, el deseo u otros sentimientos que quizás deberían prevalecer, ya que a veces priman necesidades u obligaciones y ajetreos de la vida diaria, esta vida loca de la sociedad en la que vivimos que a veces hasta son desagradables... pero inevitables, por las que tienes que dejar cosas que te gustan más, que prefieres, que te apetecen... Pienso que si esto es el Desarrollo, no sé a dónde nos conduce este estilo de vida tan frenético, caótico y absurdo, ni cómo vamos a terminar.





Pues por eso no he contestado a nadie. Os pido disculpas, mil disculpas, sabéis que es mi norma, que no escribo en el blog sino en los comentarios, que me encanta además hacerlo, y leeros; el blog es lo de menos, no tengo un ritmo fijo ni quiero tenerlo, pero contestar y leeros, sí.

Pero he debido renunciar por una temporada a algunas cosas, vuestros comentarios entre ellas; y una buenísima amiga, al ver que me sentía mal por ello, me ha recomendado que hiciera una entrada sobre la cuestión, y yo hago caso a los que me quieren: por eso estoy aquí. Gracias, guapísima, no pondré ni tu inicial, ¡para qué!

En los ratos que me quedan libre el cansancio me lleva a la lectura, así que para no desvirtuar este blog, dedicado al copia y pega, os traigo aquí una joyita de la que espero que disfrutéis y, aunque no sirva para perdonarme porque no tengo (perdón), sí para que me comprendáis un poco o para resarcimiento en mi condena...



Os echo de menos a todos, pese a vuestra virtualidad formáis parte de mi vida real: creo que estaba confundida con el concepto de límite entre ambos campos.





"Amo la noche porque carece de enigmas; de día los nervios son sacudidos una y otra vez hasta la ceguera, pero es durante la noche cuando ciertos animales de presa nos echan las garras al cuello para estrangularnos, cuando la actividad de los nervios se recupera tras el embotamiento del día y se repliega hacia el interior, cuando alcanzamos una nueva percepción de nosotros mismos como si, de repente, nos encontráramos en una habitación oscura con una vela frente a un espejo que no ha recibido rayo de luz alguno durante días y que, absorbiéndolo ahora ávidamente, le devuelve a uno la imagen de su propio rostro.

¡Ciertos animales de presa nos echan las garras al cuello para estrangularnos! Hubo reyes que uncían panteras a sus carros y cuyo máximo placer consistía tal vez en la vaga posibilidad de ser despedazados.

Acabo de encontrar un bellísimo nombre para mí: monsieur le vivisecteur.

Desde luego, eso de inventar un nombre tan sonoro para uno mismo no es más que pura afectación, pues no es necesario sino de vez en cuando, en momentos de profunda postración, de malestar por exceso de cansancio, para recurrir entonces a él, para encontrar así en una sola palabra esos estímulos fundamentales que suelen proporcionarnos fuerza, ilusión y entusiasmo. No hay por qué avergonzarse.

Monsieur le vivisecteur: ¡yo!

Mi vida: ¡las aventuras y odiseas de un vivisecteur espiritual a comienzos del siglo XX!

¿Qué es m.l.v.? ¿Quizá el prototipo del futuro hombre cerebral? __¿Quizá?__ Ocurre que las palabras, todas las palabras, tienen tantos matices secundarios, tantos dobles sentidos, evocan tantas sensaciones secundarias y tantas dobles sensaciones que haríamos bien en mantenernos alejados de ellas.

Me acerco a la ventana para devolver a mis nervios esa terrible voluptuosidad que nace del aislamiento.

100 m de hielo. Nada penetra de todas esas responsabilidades cotidianas que se inician con la salida del sol y declinan con él, pues ya nadie nos ve. ¡Oh!, la noche no sirve tan sólo para dormir, la noche desempeña una función fundamental en la economía psicológica de la vida.

Durante el día somos el señor X y el señor Y, miembros de tal o cual sociedad, con estas o aquellas responsabilidades, obligados a vivir de modo altruista de acuerdo con leyes que nuestra razón acata. De noche, en cambio: en cuanto cerramos tras nosotros las puertas protegidas por espesas colgaduras dejamos fuera todos los altruismos -pues ya no cumplen función alguna- y la otra parte de nuestra personalidad, el egoismo, reivindica sus derechos. Me gusta, a esas horas, asomarme a la ventana. A lo lejos se alza una enorme sombra negra que yo sé muy bien que corresponde a una línea de casas situada más allá de los jardines. Aquí y allá, un solitario recuadro amarillo: ¡la ventana de una casa! Es la hora en que la gente regresa del teatro o de los restaurantes. Diviso sus siluetas como manchas negras sobre recuadros amarillos, contemplo cómo se despojan de sus incómodos vestidos de gala, cómo se van interiorizando, por así decirlo. Una segunda vida comienza para ellos gracias a todas esas relaciones íntimas que ahora reclaman sus derechos.

En las habitaciones que tan a menudo fueron testigos mudos de su soledad, flota la tentación de abandonarse, de olvidar los deberes cotidianos.

Lo que revive en su sueño es distinto en cada caso: para la gente de allí enfrente tal vez se trate sólo de instintos del todo triviales y de simples emociones anímicas: el placer de poseer un hogar confortable, o una sensualidad saciada por un vino de baja calidad.

En mi caso, se trata del placer de estar solo conmigo mismo, completamente solo. De la oportunidad de hojear la historia, no demasiado falta de interés, de m.l.v.. de entristecerme ahora y alegrarme luego porque sí, de convertirme en mi propio historiador o de ser un científico que coloca su propio organismo bajo el microscopio y que se alegra cuando descubre cosas nuevas.

¡Y eso, excepcionalmente, no comporta la menor afectación! Uno se hace compañía a sí mismo."

Extraído del quasicomienzo de los Diarios de Robert Musil.

Gracias a todos y mis más sinceras disculpas. Volveré: no os libraréis tan facilmente de mí :P




"Obelisk of La Coruña at night" XD, encontrada en internet.

miércoles, 15 de octubre de 2008

El americano impasible

Para ti.


http://www.epdlp.com/bso.php?id=1499


Los espacios del sueño, Robert Desnos.


"En la noche están naturalmente las siete maravillas del mundo y la grandeza
y lo trágico y el encanto.
Los bosques se tropiezan confusamente con las criaturas legendarias
escondidas en los matorrales.
Estás tú.
En la noche están los pasos del paseante y los del asesino y los del guardia urbano
y la luz del farol y la linterna del trapero.
Estás tú.
En la noche pasan los trenes y los barcos y el espejismo de los países donde es de día.
Los últimos alientos del crepúsculo y los primeros estremecimientos del alba.
Estás tú.
Un aire de piano, el estallido de una voz.
Un portazo. Un reloj.
Y no solamente los seres y las cosas y los ruidos materiales.
Sino también yo que me persigo o sin cesar me adelanto.
Estás tú la inmolada, tú la que espero.
A veces extrañas figuras nacen el momento del sueño y desaparecen.
Cuando cierro los ojos, las floraciones fosforescentes aparecen y se marchitan
y renacen como fuego de artificios carnosos.
Países desconocidos que recorro en compañía de criaturas.
Estás tú sin duda, oh bella y discreta espía.
Y el alma palpable de la extensión.
Y los perfumes del cielo y de las estrellas y el canto del gallo de hace 2000 años
y el grito del pavo real en los parques en llamas y besos.
Manos que se aprietan siniestramente en una luz descolorida y ejes que chirrían
sobre los caminos de espanto.
Estás tú sin duda a quien no conozco, a quien conozco al contrario.
Pero que, presente en mis sueños, te obstinas en dejarte adivinar en ellos sin aparecer.
Tú que permaneces inasible en la realidad y en el sueño.
Tú que me perteneces por mi voluntad de poseerte en ilusión pero que no acercas tu rostro sino cuando mis ojos se cierran tanto al sueño como a la realidad.
Tú que en despecho de una retórica fácil donde la ola muere en la playa, donde la corneja vuela entre las fábricas en ruinas, donde la madera se pudre crujiendo bajo un sol de plomo.
Tú que estás en la base de mis sueños y que sacudes mi alma llena de metamorfosis
y que me dejas tu guante cuando beso tu mano.
En la noche están las estrellas y el movimiento tenebroso del mar, de los ríos, de los bosques, de las ciudades, de las hierbas, de los pulmones de millones y millones de seres.
En la noche están las maravillas del mundo.
En la noche no están los ángeles guardianes, pero está el sueño.
En la noche estás tú.
En el día también."

miércoles, 1 de octubre de 2008

Oda al queso



Este homenaje al queso empieza así:


HISTORIA DEL QUESO

La elaboración del queso seguramente fue descubierta por diversas comunidades al mismo tiempo. Las ovejas fueron domesticadas hace 12.000 años y en antiguo Egipto se cuidaban vacas y se les ordeñaban para tener la leche por lo que es lógico pensar que también harían quesos. La leche se conservaba en recipientes de piel, cerámica porosa o madera, pero como era difícil mantenerlos límpios, la leche fermentaba con rapidez. El siguiente paso fué el de extraer el suero de la cuajada para elaborar algún tipo de queso fresco, sin cuajo, de sabor fuerte y ácido. Cuenta la leyenda que un pastor árabe volvía a su morada con la leche de las ovejas dentro de una bolsa hecha con la tripa de uno de sus corderos y que después de caminar a pleno sol, al abrir la bolsa la leche estaba cuajada, sólida, hecha queso.
Los romanos lo incluían en su dieta condimentándolo con tomillo, pimienta, piñones y otros frutos secos, cuando sus soldados se asentaban en un campamento, elaboraban queso.
Toda la antigüedad estaba plagada de alusiones al queso fresco, cuajado. En la antigua Grecia no se comía sólo sino mezclado con harina, miel, aceite, pasas y almendras y se encuentra en recetas antiguas de platos y postres muy preciados.
El nombre del producto proviene de la palabra griega fornos asi se llamaba el cesto para los quesos y de ella derivan el fromage francés, fortmatge catalán y el formaggio italiano, y la palabra latina caseus de donde proviene el queso español, el cheese anglosajón y la caseina principal albumninoide de la leche y del queso.
En la Edad Media, la órdenes religiosas se conviertieron en importantes zonas de actividad agrícola y el queso adquirió importancia durante los muchos días de ayuno en los que se prohibía comer carne, por lo que se crearon diferentes tipos de queso, así aportaban variedad a su limitada dieta.
Con el auge del comercio y el aumento de la población urbana, el queso se convirtió en producto importante para la economía, empezó a comercializarse con queso, fuera de las zonas de producción y más allá de las fronteras y cuando se colonizó el Nuevo Mundo, se llevaron sus tradiciones queseras.
Al principio se utilizaba leche cruda, pero en la década de 1850 el microbiólogo Louis Pasteur descubrió la pasteurización, que cambió el proceso de elaboración del queso. Empezó a mezclarse leche de distinta procedencia y distintos rebaños para obtener un producto homogéneo y disminuyó considerablemente el riesgo de aparición de organismos que pudieran estropear el proceso.
En España comenzó la obtención del queso con la leche de oveja y de cabra, más tarde con la vaca, pero en otros paises se utiliza también el reno y búfalo como ejemplo está la mozzarella.
El consumo de queso por paises lo encabeza Francia, le siguen suizos e italianos, después los españoles.


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Se supone que ahora iba a continuar poniendo una pequeña clasificación de tipos de queso con sus respectivas fotos, pero me estoy poniendo mala, sí, mala; yo soy de las personas (y animales) que al oir la palabra "queso" se les hace la boca agua... literalmente (empiezo a segregar saliva y mis jugos gástricos se sublevan). Y eso que tenía ya copiado el texto y cada una de las fotos de cada queso; pero, lo dicho: no puedo. Y eso que aún iba por los de la península.

Esta amante del queso, amante elevada a la enésima potencia, deja el enlace de algunos tipos de quesos para que podáis ver vosotros direcatemente lo que iba a copiar a continuación, y también abierta la puerta a los comentarios para que podáis decir qué quesos os gustan, cuáles no soportais, añadir variedades y elogiarlas para hacérnoslo pasar "mal" a masoquistas como yo que sufrimos al tiempo que babeamos; hablar de quesos de otros países, incluso podéis dejar recetas (he encontrado algunas de queso de bola relleno fantásticas) y si os gusta o no mezclarlo con dulces (costumbre tan extendida pero que para mí es un sacrilegio) o cualquier opinión que deseéis vertir, incluso alguna verdadera oda o poema o poesía o loa que me encantaría.

A pesar de haber rastreado infinidad de páginas, me he quedado con la información obtenida a través de la web http://www.granxafamiliar.com/principal/index.php.

¿Continuará?

domingo, 28 de septiembre de 2008

Gato Negro


Mi queridísima amiga N. salvó ayer a un gatito negro callejero de una muerte segura.
Con todo mi cariño y mi admiración y mi enhorabuena, esto va por ella y para ella:

Gato negro
De Wikipedia, la enciclopedia libre


Gato negro

El gato negro tal es considerada desde el inicio de los tiempos como un animal mágico. En la Edad Media sin embargo, se relacionó a los gatos negros con la brujería (se decía que los gatos negros eran brujas transformadas en tales) motivo por el cual los gatos negros (y gatos en general) eran perseguidos, cazados, metidos en sacos y quemados en hogueras.

Debido a esto, la población de gatos diezmó haciendo así que la población de ratas en los pueblos se incrementara. Motivo por el cual se propagaron rápida y frecuentemente las epidemias de peste. Sin embargo no siempre fueron símbolo de mala suerte. En Egipto se los consideraba animales sagrados ya que estaban relacionados con el culto a la diosa Bastet. En la Inglaterra victoriana se consideraba que si unos novios recién casados se encontraban con un gato negro, esto simbolizaba prosperidad en el matrimonio. Y los marineros creían que tener un gato a bordo les traería buena suerte. Más aún sus mujeres solían tener uno en casa, ya que esto parecía "asegurar" que sus maridos volverían sanos y salvos a sus casas después de la travesía.

Contenido
1 Brujería y superstición
2 Gatos negros Famosos
2.1 En la Historieta argentina
2.2 En series famosas
2.3 En el cine
2.4 En el manga y el anime
2.5 En el anarquismo
2.6 En el rock español



Brujería y superstición

Históricamente, los gatos negros fueron asociados simbólicamente a brujería y al mal. En la tradición hebrea y babilónica, los gatos se comparan a serpientes, arrolladas en un hogar. El gato era adorado en Egipto y matar a uno era considerado un crimen capital. Cuando el gato de una familia egipcia moría, se momificaba y la familia se ponia de luto. Los romanos también consideraba el gato sagrado e introdujeron el animal en Europa. En Europa, excepto en Italia o España, un gato negro que cruza su trayectoria se considera buena suerte; sin embargo, fueron vistos por la iglesia como asociados a las brujas. Los gatos negros (y a veces, otros animales del mismo color o incluso blancos) se temía que fueran los familiares de brujas. En el siglo XVII, el gato comenzó a ser asociado a la brujería en muchas áreas del mundo. El gato negro fue visto generalmente como buena suerte; sin embargo, en los EE. UU. y zonas de Europa (e.g. España), que mantuvieron cazas de brujas, la asociación con las brujas los hizo ser considerados como portadores de mala suerte.

En Escocia, un gato negro extraño en su porche es una muestra de futura prosperidad. En Irlanda, cuando un gato negro cruza su trayectoria a la luz de la luna, significa que va a haber una enfermedad epidémica. En Italia desde hace cientos de años se cree que si un negro gato se pone en la cama de una persona enferma, esa persona morirá. Hace muchos años en Inglaterra, las esposas de los pescadores mantenían gatos negros sus hogares mientras que sus maridos salían a la mar en sus barcos de pesca, creyendo que evitarían que ocurriera el peligro a sus maridos mientras estaban ausentes. Las supersticiones alrededor del gato negro son algunas de las supersticiones más extensamente conocidas y populares.

En lugares donde hubo no se prcaticó caza de brujas, los gatos negros conservaron su imagen de buena suerte; todavía se consideran así en Gran Bretaña e Irlanda.

No obstante en otras culturas como la checa, la rumana, especialmente en la región histórica de Moldavia, y en la India, una de las supersticiones más extendidas es que los gatos negros que cruzan su trayectoria representen mala suerte, a pesar de el hecho de que estas regiones nunca fueron afectadas por cazas de brujas o antipaganismo.


Gatos negros Famosos

En la Historieta argentina

En la historieta argentina Dr. Capo, la mascota de la familia es un gato negro llamado Tereso.


En series famosas

El gato Felix era negro y fue un conocidísimo personaje de la animación clásica americana.
Silvestre, el gato que persigue a Piolin es Negro
En la serie estadounidense Sabrina hay un gato negro llamado Salem.

En el cine

Existe una pelicula de Vincent Price llamada El Gato Negro

En el manga y el anime

La Gata Luna, de Sailor Moon.
Tama, de Dragon Ball.
El digimon BlackTailmon/Blackgatomon.
El gato mesacamilla en Lum (Urusei Yatsura)
La gata Yoruichi en Bleach.
La gata Chiori en School Rumble.
Ichigo Momomiya se transforma en gata negra en Tokyo Mew Mew
Kaya de la serie Gosth Stories
Entre otros.


En el anarquismo

Un gato negro, furioso y que enseñe los dientes, es considerado una representación del anarquismo (el negro por ser la ausencia de color, es el color anarquista) y el estar furioso y enseñando los dientes manifiesta el espíritu altivo de libertad.


En el rock español

El símbolo del grupo "Los Suaves" es un gato negro enseñando los dientes.

Una de las partes del nuevo disco de "Amaral" es el "Gato Negro", en su disco "Gato Negro - Dragón Rojo".

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Gato_negro"

domingo, 14 de septiembre de 2008

Como uma ilha



Como uma ilha, Pedro Abrunhosa e os Bandemónio

Tu és todos os livros
Todos os mares
Todos os rios
Todos os lugares.

Todos os dias
Todo o pensamento
Todas as horas
O teu corpo no vento.

Tu és todos os sábados
Todas as manhãs
Toda a palavra
Ancorada nas mãos.
Tu és todos os lábios
Todas as certezas
Todos os beijos
Desejos princesa.

Como uma ilha
Sozinha...

Prende-me em ti
Agarra-me ao chão
Como barcos em terra
Como fogo na mão
Como vou esquecer-te
Como vou eu perder-te
Se me prendes em ti
Agarra-me ao chão
Como barcos em terra
Como fogo na mão
Como vou eu lembrar-te
Se a metade que parte
É a metade que tens.

Tu és todas as noites
Em todos os quartos
Todos os ventos
Em todos os barcos.

Todos os dias
Em toda a cidade
Ruas que choram
Mulheres de verdade.

Tu és só o começo
De todos os fins
Por isso eu te peço
Fica perto de mim.

Tu és todos os sons
De todo o silêncio
Por isso eu te espero
Te quero e te penso.

Como uma ilha
Sozinha...

Refrão



Pedro Abrunhosa - Voz.
Paulo Pinto - Guitarras.
João André - Contrabaixo. A
lexandre Frazão - Bateria.
Cláudio Souto - Central Station.


(Efectivamente: es la canción de Pedro Abrunhosa (con los Bandemónio) que tengo en el perfil en el clip de audio, pero alguien tuvo la amabilidad de, por fin, subirla al youtube (Gracias, XVirusPT) justo el día anterior a mi cumpleaños, qué bueno, aunque hasta ahora no la había encontrado. Espero que la disfruteis... la mitad que yo ya sería muchísimo).

Hay otra también muy bonita (bueno, casi todas son geniales) que también nos gusta mucho y nos obsesiona y no nos cansa nunca ni a Max ni a mí: Se eu fosse um día o teu olhar (por suerte también coincidimos en gustos musicales ;-) )

domingo, 31 de agosto de 2008

Intrusos en domingo de resaca

Mi forma de expresar lo que yo creí que quería decir Omaha con sus Intrusos, a quien le dedico esta entrada (a Omaha, no a los intrusos).



Quem me leva os meus fantasmas, Pedro Abrunhosa.


"Anoche estuve en el reino de las Sombras, donde rayos grises del sol atravesaban un cielo gris. Calladamente, el follaje gris ceniza de los árboles se balanceaba con el viento, sin que se escuchara el rumor de las ruedas, el sonido de los pasos o de las voces. No es la vida sino su sombra, no es el movimiento sino su espectro silencioso."
Los bajos fondos, Maksim Gorki

domingo, 24 de agosto de 2008

Painted Bathroom Ceiling and Floor

YOU GOTTA LOVE THIS ONE.


THIS IS A CEILING MURAL IN A SMOKER'S LOUNGE.











There's another..below.

BATHROOM PAINTED FLOOR!!!

IMAGINE YOU ARE AT A PARTY ....

Tenth floor of a hi-rise building.....

AND THEN YOU HAVE TO VISIT THE BATHROOM...

You open the door...
NOW, REMEMBER
THE FLOOR IS JUST A PAINTED FLOOR !

KINDA TAKES YOUR BREATH AWAY.....

DOESN'T IT?

Scroll sloooooooowly. .....








Would this mess up your mind??? Would you be able to walk in
To this bathroom???

domingo, 17 de agosto de 2008

viernes, 15 de agosto de 2008

Lecturas simultáneas

Hacía mucho tiempo que no leía tantos libros a la vez. ¡Qué placer y qué delicia! Leer según el estado de ánimo o el momento del tiempo más propicio para cada deseo...

Estoy leyendo:

Hijos sin hijos, de Enrique Vila-Matas, autor dueño de mucha parte de mi corazoncito y un libro recomendable al cien por cien y para casi todos los gustos, incluidos por supuesto los más exquisitos.







La muerte de Virgilio, de Hermann Broch, de nuevo y sin acordarme más que como se recuerdan los sueños que, cuando vienen a la mente e intentas atraparlos, se vuelven a escapar, juguetones ellos. Una joya de la literatura, imperdible e imperdonable.









El collar de la paloma, de Ibn Hazm de Córdoba, ¡qué decir! Nada: sólo leer y disfrutar. Aconsejado por mi querido amigo A, que como estoy segura de que me estará leyendo le mando un guiño, así como el anterior que, aunque ya había leído, no recuerdo bien, como ya dije. Tres joyas sin precio (los dos libros y A.).










Antropología cultural, de Marvin Harris, por mi nueva fascinación (conscientemente; en realidad el tema de la antropología cultural y social me apasiona de siempre).












Recorrido sentimental por la ciudad de Cádiz, de mi amiga Belén Peralta, que lo tomo a sorbitos como un vino bueno (que no es lo mismo que un simple buen vino) y os recomiendo.








Y he retomado mi Historia del Arte de E. H. Gombrich, que tenía aparcado por un olvido imperdonable e inexplicable, obra cumbre del arte y de su visión, para iniciados y grandes conocedores, libro de los que forman parte de uno para siempre.








¿Qué estáis leyendo ahora vosotros? ¿O acaso "no tenéis tiempo"? :-(

lunes, 4 de agosto de 2008

El gato bajo la lluvia



TRIBUNA: ENRIQUE VILA-MATAS (elpais.com)

El gato bajo la lluvia en Bellaterra

ENRIQUE VILA-MATAS 08/06/2000



Fui a Bellaterra a dar una charla sobre el cuento. Me había olvidado de lo agradable que es el trayecto en tren por esos lugares -Vallvidrera, Sant Cugat- que antaño tuvieron un cierto encanto. Durante el trayecto, por otra parte, recuperé la memoria de aquellos tiempos en los que me fascinaban las niñas que vestían uniformes de colegios caros.Parece que va a llover, dije al entrar en el aula. Era un mediodía gris de primavera, pero no existía amenaza clara de lluvia. Si dije que parecía que iba a llover fue para que los estudiantes empezaran a entrar en el cuento que pensaba leerles. No voy a limitarme a hablaros del relato breve en general, dije a los estudiantes, pienso aprovechar que os tengo aquí para que me ayudéis a entender un cuento de Hemingway que nunca he entendido del todo. Es más, añadí (aquí más de uno me miró con espanto), voy a convertiros en carne de cuento, o tal vez de crónica, porque lo que suceda a lo largo de la próxima hora en esta aula pienso contarlo por escrito.
Me pareció que, conscientes de que podían convertirse en material literario, los estudiantes se olvidaron de cualquier tentativa de dormirse en clase, y algunos hasta me sostuvieron la mirada, desafiantes; otros parecían preguntarse qué me proponía hacer con ellos. El cuento de Hemingway, dije, se titula El gato bajo la lluvia. Hace ya muchos años, cuando leí que García Márquez consideraba este cuento el mejor que había leído en toda su vida, me precipité a leerlo, y no lo entendí, volví a leerlo de nuevo y aún lo entendí menos. Durante años me quedaba medio avergonzado si recordaba de pronto que un día había leído el mejor (según García Márquez) cuento del mundo y no había sido capaz de entenderlo o, mejor dicho, de no entenderlo mucho, siempre lo había entendido algo, pero no del todo, y lo que, en cualquier caso, ni poco ni mucho había podido entender nunca era que ese cuento fuera el mejor del mundo.
Como es muy breve, no tardé casi nada en leerles el cuento, no sin antes advertirles de que, tratándose de un relato de Hemingway, había que tener presente que el autor fue un maestro en el arte de la elipsis y que lograba siempre que lo más importante de la historia nunca se contara. Es decir, que la historia secreta del cuento se construía con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión. Eso explicaría que el relato pudiera parecer trivial -una pareja de jóvenes americanos, de viaje por Italia, están en un cuarto de hotel: mientras él lee en la cama, ella se encandila de un pobre gato al que ve bajo la lluvia y dice que le gustaría tener un gatito que se acostara en su falda-, aunque no lo es si sabemos que Hemingway puso toda su pericia en la narración hermética de la historia secreta.


Les dije a los estudiantes que, por favor, me ayudaran a encontrar cuál podía ser la historia secreta que se desprendía de aquel cuento aparentemente tan banal y que siempre me había resultado bastante incomprensible. Tras un minuto de silencio, una chica rompió el fuego hablándonos de otro cuento parecido de Hemingway en el que se hablaba de turones y elefantes blancos y en realidad la historia secreta era el embarzao de una mujer y su deseo callado de abortar. Otra chica nos habló de la insatisfacción (tal vez sexual) de la joven que quería un gato. Tal vez esa insatisfacción, dijo, era lo que recorría de arriba a abajo el cuento. Un estudiante añadió que tal vez en la protagonista de El gato bajo la lluvia había un deseo oculto de maternidad. Ella, dijo por último otra estudiante, ya ha visto satisfecho su deseo y va en busca de otro nuevo: en este caso, un gato.


Me di cuenta de que, gracias a los estudiantes, entendía mejor que antes el cuento, aunque seguía sin entender que pudiera ser el mejor cuento del mundo. De pronto, se me ocurrió pensar que tal vez no había que interpretar nada en aquel relato de Hemingway, quizás el cuento era completamente incomprensible, y ahí radicaba la gracia. Les conté a los estudiantes el final del cuento o de la crónica que escribiría por la tarde: yo regresaba a casa y daba vueltas a sus interpretaciones del cuento y de pronto descubría que aquel relato era simplemente incomprensible. Cuando leo algo que entiendo perfectamente, les dije, lo abandono desilusionado. No me gustan los relatos que se balancean peligrosamente en el abismo de lo obvio. Porque entender puede ser una condena. Y no entender, la puerta que se abre.

La segunda estudiante que había hablado levantó la mano. Me dijo que le parecía muy bien que hubiera encontrado el final de mi cuento o de mi crónica, pero que me recomendaba que lo que escribiera fuera comprensible para el lector. Y aquí estoy yo ahora sin entender nada, ¡pero nada!, salvo esta crónica.




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El gato bajo la lluvia. Ernest Hemingway (1899-1961)

Sólo dos americanos paraban en el hotel. No conocían a ninguna de las personas que subían y bajaban por las escaleras hacia y desde sus habitaciones. La suya estaba en el segundo piso, frente al mar y al monumento de la guerra, en el jardín público de grandes palmeras y verdes bancos. Cuando hacía buen tiempo, no faltaba algún pintor con su caballete. A los artistas les gustaban aquellos árboles y los brillantes colores de los hoteles situados frente al mar. Los italianos venían de lejos para contemplar el monumento a la guerra, hecho de bronce que resplandecía bajo la lluvia. El agua se deslizaba por las palmeras y formaba charcos en los senderos de piedra. Las olas se rompían en una larga línea y el mar se retiraba de la playa, para regresar y volver a romperse bajo la lluvia. Los automóviles se alejaron de la plaza donde estaba el monumento. Del otro lado, a la entrada de un café, un mozo estaba contemplando el lugar ahora solitario. La dama americana lo observó todo desde la ventana. En el suelo, a la derecha, un gato se había acurrucado bajo uno de los bancos verdes. Trataba de achicarse todo lo posible para evitar las gotas de agua que caían a los lados de su refugio. El gato tenía que estar a la derecha. Tal vez pudiese acercarse protegida por los aleros. Mientras tanto, un paraguas se abrió detrás. –Voy a buscar a ese gatito –dijo ella. –Iré yo, si quieres –se ofreció su marido desde la cama. –No, voy yo. El pobre minino se ha acurrucado bajo el banco para no mojarse ¡Pobrecito! El hombre continuó leyendo, apoyado en dos almohadas, al pie de la cama. –No te mojes –le advirtió. La mujer bajó y el dueño del hotel se levantó y le hizo una reverencia cuando ella pasó delante de su oficina, que tenía el escritorio al fondo. El propietario era un hombre viejo y muy alto. –Il piove –expresó la americana. El dueño del hotel le resultaba simpático. –Sí, sí signora, brutto tempo. Es un tiempo muy malo. Cuando la americana pasó frente a la oficina, el padrone se inclinó desde su escritorio. Ella experimentó una rara sensación. Se quedó detrás del escritorio, al fondo de la oscura habitación. A la mujer le gustaba. Le gustaba la seriedad con que recibía cualquier queja. Le gustaba su dignidad y su manera de servirla y de desempeñar su papel de hotelero. Le gustaba su rostro viejo y triste y sus manos grandes. Estaba pensando en aquello cuando abrió la puerta y asomó la cabeza. La lluvia había arreciado. Un hombre con un impermeable cruzó la plaza vacía y entró en el café. El gato tenía que estar a la derecha. Tal vez pudiese acercarse protegida por los aleros. Mientras tanto, un paraguas se abrió detrás. Era la sirvienta encargada de su habitación, mandada, sin duda, por el hotelero. –No debe mojarse –dijo la muchacha en italiano, sonriendo. Mientras la criada sostenía el paraguas a su lado, la americana marchó por el sendero de piedra hasta llegar al sitio indicado, bajo la ventana. El banco estaba allí, brillando bajo la lluvia, pero el gato se había ido. La mujer se sintió desilusionada. La criada la miró con curiosidad. –Ha perduto qualque cosa, signora? –Había un gato aquí –contestó la americana. –¿Un gato? –Sí il gatto. –¿Un gato? –la sirvienta se echó a reír – ¿Un gato? ¿Bajo la lluvia? –Sí; se había refugiado en el banco –y después– ¡Oh! ¡Me gustaba tanto! Quería tener un gatito. Cuando habló en inglés, la doncella se puso seria. –Venga, signora. Tenemos que regresar. Si no, se mojará. –Me lo imagino –dijo la extranjera. Volvieron al hotel por el sendero de piedra. La muchacha se detuvo en la puerta para cerrar el paraguas. Cuando la americana pasó frente a la oficina, el padrone se inclinó desde su escritorio. Ella experimentó una rara sensación. El padrone la hacía sentirse muy pequeña y a la vez, importante. Tuvo la impresión de tener una gran importancia. Después de subir por la escalera, abrió la puerta de su cuarto. George seguía leyendo en la cama. –¿Y el gato? –preguntó, abandonando la lectura. –Se ha ido. –¿Y donde puede haberse ido? –dijo él, descansando un poco la vista. La mujer se sentó en la cama. –¡Me gustaba tanto! No sé por qué lo quería tanto. Me gustaba ese pobre gatito. No debe resultar agradable ser un pobre minino bajo la lluvia. George se puso a leer de nuevo. Su mujer se sentó frente al espejo del tocador y empezó a mirarse con el espejo de mano. Se estudió el perfil, primero de un lado y después del otro, y por último se fijó en la nuca y en el cuello. –¿No te parece que me convendría dejarme crecer el pelo? –le preguntó, volviendo a mirarse de perfil. George levantó la vista y vio la nuca de su mujer, rapada como la de un muchacho. –A mí me gusta como está. –¡Estoy cansada de llevarlo tan corto! Ya estoy harta de parecer siempre un muchacho. George cambió de posición en la cama. No le había quitado la mirada de encima desde que ella empezó a hablar. –¡Caramba! Si estas muy bonita – dijo. La mujer dejó el espejo sobre el tocador y se fue a mirar por la ventana. Anochecía ya. –Quisiera tener el pelo más largo, para poder hacerme moño. Estoy cansada de sentir la nuca desnuda cada vez que me la toco. Y también quisiera tener un gatito que se acostara en mi falda y ronroneara cuando yo lo acariciara. –¿Sí? –dijo George. –Y además, quiero comer en una mesa con velas y con mi propia vajilla. Y quiero que sea primavera y cepillarme el cabello frente al espejo, tener un gatito y algunos vestidos nuevos. Quisiera tener todo eso. –¡Oh! ¿Por qué no te callas y lees algo? –dijo George, reanudando su lectura. Su mujer miraba desde la ventana. Ya era de noche y todavía llovía a través de las palmeras. –De todos modos, quiero un gato –dijo–. Quiero un gato. Quiero un gato. Ahora mismo. Si no puedo tener el pelo largo ni divertirme, por lo menos necesito un gato. George no la escuchaba. Estaba leyendo su libro. Desde la ventana, ella vio que la luz se había encendido en la plaza. Alguien llamó a la puerta –Avanti –dijo George, mirando por encima del libro. En la puerta estaba la sirvienta. Traía un gran gato de color de carey que pugnaba por zafarse de los brazos que lo sujetaban. –Con permiso –dijo la muchacha– el padrone me encargó que trajera esto para la signora.




Hemingway y un gato en Cuba.

martes, 8 de julio de 2008

Sevilla



De la gran fotógrafa y amiga MJCarmona ( www.mjcarmona.com )

jueves, 22 de mayo de 2008

En la ruta. En el camino.

----->Serra da Capelada (A Coruña).



En la ruta de San Román, André Bretón.

"La poesía se hace en el lecho como el amor
Sus sábanas deshechas son la aurora de las cosas
La poesía se hace en los bosques
Tiene todo el espacio que necesita

No éste sino otro que condicionan
El ojo del Milano
El rocío sobre la planta cola de caballo

El recuerdo de una empañada botella de Traminer sobre una bandeja de plata
Un alta verga de tumolina sobre la mar
Y la ruta de la aventura mental
Que sube vertical
Y al primer alto se enmaraña

No se grita por las calles
Es inconveniente dejar la puerta abierta
O llamar testigos

Los bancos de peces la banda de pájaros
Los rieles a la entrada de una gran estación
Los reflejos entre dos orillas
Los surcos en el pan
Las burbujas del arroyo
Los días del calendario
La hierba de San Juan

El acto de amor y el acto de poesía
Son incompatibles
Con la lectura en voz alta del periódico

La dirección del rayo del sol
El fulgor azul que enlaza los hachazos del leñador
El hilo del palote en forma de corazón o de nasa
El golpear acompasado de la cola de los castores
La diligencia del relámpago
El chorro de almendras de lo alto de viejos peldaños
La avalancha

La cámara de los hechizos
No señores no es la Cámara de diputados
Ni los vapores de la recámara una tarde de domingo

La figuras de danza en trasparencias sobre las charcas
La delimitación contra un muro de un cuerpo de mujer al lanzar los puñales
Las volutas claras del humo
Los bucles del pelo
La curva de la esponja de Filipinas
Los lazos de la serpiente coral
La entrada de la hiedra en las ruinas

Tiene todo el tiempo para ella
El abrazo poético como el abrazo carnal
Mientras dura prohíbe toda caída en la miseria del mundo."




Rías Gallegas ---------->



De En el camino, Jack Kerouac:
"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida, mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas."



|
|--> Caballos salvajes en el Camino de Santiago.

martes, 20 de mayo de 2008

El Santo del día


20 de mayo



SAN BERNARDINO DE SENA

(† 1444)



San Bernardino de Sena fue uno de aquellos predicadores de penitencia que en el siglo XV recorrieron gran parte de Italia y contribuyeron eficazmente a la reforma y mejoramiento de las costumbres. Su celo ardiente y apostólico y su oratoria popular y apasionada han quedado como ejemplos vivientes del celo y de la predicación evangélica y aun del estilo de aquellos predicadores del siglo XV, San Vicente Ferrer, San Juan de Capistrano y otros.

Nacido en 1380 en Massa, cerca de Siena, de la noble familia de los Albiceschi, recibió Bernardino en Siena una educación completa en las ciencias eclesiásticas. En 1402 vistió el hábito de San Francisco: en 1404 recibió la ordenación sacerdotal y un año después fue destinado a la predicación.

Pero transcurren unos doce años, y ni su voz ni sus cualidades oratorias le ayudaban a desempeñar con éxito este importante ministerio. Mas como, por otra parte, se distinguía por sus eximias virtudes religiosas, aparece el año 1417 como guardián en el convento franciscano de Fiésole. Entonces, pues, de una manera inesperada, que tiene todos los visos de sobrenatural, se refiere que recibió la orden divina, transmitida por un novicio: "Hermano Bernardino, ve a predicar a Lombardía."

El hecho es que, desde 1418, aparece San Bernardino en Milán y comienza aquella carrera de grandes misiones o predicaciones populares, cuya característica era un intenso amor a Jesucristo, que llegaba al interior de sus oyentes y arrancaba lágrimas de penitencia, Este amor a Jesucristo lo sintetizaba en el anagrama del nombre de Jesús, tal como, precisamente desde entonces, se ha ido popularizando cada vez más: J H S. Llevábalo a guisa de banderín y procuraba fuera grabado en todas las formas posibles, en estampas de propaganda, en grandes carteles y, sobre todo, en los testeros de las iglesias, casas, consistoriales y domicilios particulares de las poblaciones donde misionaba. Aquello debía servirles de recuerdo perenne de las verdades predicadas y de las decisiones tomadas. De ello pueden verse, aun en nuestros días, multitud de ejemplos en los territorios donde él predicó.

Efectivamente en 1418 predica la Cuaresma en la iglesia principal de Milán, donde el último de los Visconti daba el triste ejemplo de una vida entregada a todos los vicios. Bernardino se revela un orador popular de cualidades extraordinarias. El pueblo se siente transformado por el fuego de su predicación. Vuelve al año siguiente y se repiten los mismos resultados de grandes conversiones y reforma de costumbres. De 1419 a 1423 recorre las poblaciones de Bérgamo, Como, Plasencia, Brescia. Unas veces predica en la misa, otras durante el día: unas veces organiza una misión, otras es un sermón de circunstancias; pero el resultado es siempre la transformación de las costumbres y reforma de vida. En 1423 desarrolla su actividad reformadora en Mantua, y por vez primera aparece allí su fuerza taumatúrgica. Según los relatos contemporáneos, al negarse el barquero a conducirle al otro lado del lago, lo atraviesa sobre su manteo, y a nadie sorprende tan estupendo milagro, pues todos son testigos de su ascetismo extraordinario y del abrasado amor de Dios que respira en su predicación.

Pero el fruto de su apostolado no se limita a la transformación de costumbres y reforma de vastos territorios. En Venecia, donde predica en 1422, obtiene la fundación de una cartuja y de un hospital para infecciosos. Predica de nuevo en Verona en 1423, y de nuevo nos relatan los cronistas del tiempo un milagro estupendo obrado por él, cuando hace retornar a la vida a un hombre muerto en un accidente. La fama de su santidad y de la fuerza arrebatadora de su predicación toma proporciones nunca oídas. A partir del año 1424 llega a su apogeo. Ya no bastan las mayores iglesias para contener las grandes masas, ansiosas de escuchar la palabra ardiente de un santo. En Vicenza habla en la plaza pública a una multitud de veinte mil personas. En Venecia desarrolla en 1424 una actividad extraordinaria y acude la población entera a las plazas públicas para escucharle. Los grandes carteles, en que ostenta el anagrama de Jesús, producen un efecto admirable. De allí pasa a Ferrara, donde consigue tocar el corazón de sus habitantes, que renuncian en masa al lujo y a las diversiones pecaminosas.

Parece imposible que su naturaleza débil y enfermiza pueda resistir un trabajo tan agotador, sobre todo si se tiene presente que lo acompaña con una vida extremadamente austera. Su aspecto exterior, tal como nos lo transmitieron los más afamados pintores del cuatrocientos, es el prototipo del ascetismo más exagerado, que contribuye eficazmente a la eficacia de su obra apostólica. Predica la Cuaresma en Bolonia, que se hallaba en rebelión contra el romano pontífice Martín V (1417-1431). Introduce un nuevo juego, haciendo pintar el nombre de Jesús en las cartas que se emplean. El pueblo y el mercader que se compromete en esta empresa la miran con recelo; pero, al fin, terminan todos por entusiasmarse con el invento, que trae consigo una transformación completa de la ciudad. Siguiendo la llamada de los florentinos, predica en Florencia durante el verano de 1424, y esta ciudad, prototipo de la elegancia y del lujo más exagerados, termina la misión organizando grandes hogueras, a las que las damas de la más elegante sociedad arrojan los objetos más preciados de sus vanidades. Más aún. Como recuerdo de tan importantes acontecimientos se hace pintar el anagrama de Jesús y se coloca en la fachada de la iglesia de la Santa Cruz.

En medio de esta carrera de predicación en grande estilo de San Bernardino no podía faltar su turno a su ciudad natal, Siena. En efecto, después de predicar la Cuaresma en Prato, en 1425, llega a Siena a fines de abril, y allí derrocha tesoros de su más ardiente palabra apostólica durante cincuenta días. Entre sus oyentes se encuentra el gran humanista Eneas Silvio Piccolomini, el futuro papa Pío II (1458-1464). La ciudad en peso decide esculpir el anagrama de Jesús en el testero del Palazzo publicio. En Asís, en Perusa, en otras poblaciones renueva todas las maravillas de su predicación. En 1427 se hallaba en Viterbo, donde predica la Cuaresma y ataca duramente la usura, una de las plagas del tiempo.

Esta campaña de 1418-1427, extraordinariamente fecunda en frutos de conversiones, renovación de costumbres y reforma fundamental de vida, constituye la primera etapa de la gran obra reformadora realizada por San Bernardino de Siena. Ahora bien, para conocer las características de la predicación de este gran orador cristiano debemos poner a la cabeza de todas su eminente santidad y austeridad de vida, que fascinaba a las multitudes y arrastraba con la fuerza irresistible del ejemplo. Mas, por lo que se refiere a la estructura literaria de sus sermones, no podemos tomar como ejemplos los esquemas latinos que se nos han conservado y podemos leer en sus obras, por ejemplo, en la edición crítica de las mismas, que se ha publicado en nuestros días. Porque su palabra viva y ardiente era completamente diversa de estos esbozos eruditos, a manera de tratados teológicos.

De la verdadera elocuencia de su lenguaje popular y vivo nos dan una idea aproximada los Sermones vulgares, que uno de sus oyentes copió en su predicación de Siena en 1427 y han sido recientemente publicados. Aquí es todo vida, naturalidad, comunicación íntima con el auditorio. El orador, sin perder de vista el objeto primordial de su discurso, sigue la inspiración del momento, repite las cosas más difíciles, mezcla su discurso con frecuentes diálogos con el auditorio, prorrumpe en ardientes exclamaciones y apóstrofes, lo empapa todo con un espíritu sobrenatural y divino, que lleva la convicción a las almas y arranca de sus oyentes lágrimas de compunción y propósitos de reforma.

Es admirable la maestría de esta oratoria, eminentemente popular y profundamente teológica y cristiana. Conserva siempre la dignidad de la cátedra apostólica; adáptase, en cuanto le es posible, a los oyentes que le escuchan y a las circunstancias del tiempo; fustiga las divisiones de partidos y los vicios más típicos de la época, sobre todo la usura, la sensualidad, el despilfarro, la vanidad, el espíritu pendenciero; pero siempre en una forma tan digna y elevada que aparecen su espíritu verdaderamente apostólico y las entrañas de misericordia de Dios, siempre dispuesto a acoger en sus brazos a los que de veras se arrepienten de sus vicios y pecados. En particular se observa que, a diferencia de Jerónimo Savonarola, se mantiene siempre alejado de los partidos y de toda significación política, y nunca se expresa de un modo desconsiderado contra ninguna clase de autoridades, eclesiásticas y aun civiles.

Esto no obstante, el año 1427, cuando predicaba la Cuaresma en Viterbo, fue citado y tuvo que presentarse en Roma ante el papa Martín V. Habíase elevado una acusación contra él por la novedad que ofrecía su predicación sobre el nombre de Jesús y la propaganda que hacía de las estampas, tabletas e inscripciones de su anagrama. Al llegar a Roma se le prohibió subir al púlpito y fue obligado a mantenerse recluido hasta que se examinara y decidiera su causa. El Santo, lleno de la más humilde resignación y con la confianza puesta en Dios, obedeció sin ninguna especie de resistencia. Pero entonces mismo llegó su inseparable amigo y discípulo, predilecto, San Juan de Capistrano, quien supo exponer su causa en tal forma que el Papa se convenció de que la devoción del anagrama de Jesús no ofrecía ninguna dificultad teológica y, por el contrario, podía ser un resorte eficaz para fomentar la devoción del pueblo. La respuesta a los acusadores se dio públicamente, permitiendo el Papa que San Bernardino predicara en Roma durante ochenta días, en los que dirigió al pueblo romano ciento catorce sermones.

Puesta así de relieve la santidad, y habiendo aumentado extraordinariamente la popularidad y reputación de su compaisano, los sieneses suplicaron al Papa que nombrara obispo de Siena a San Bernardino. El Papa accedió a tan justificados ruegos, pero el Santo se resistió. En cambio, entonces precisamente dio él comienzo a la segunda etapa de su vida apostólica. Desde agosto del mismo año 1427 desarrolla una intensa campaña en Siena, desgarrada entonces por las más encarnizadas divisiones. Los cuarenta y cinco sermones que entonces predicó, tomados literalmente por un copista y publicados en nuestros días, son la más clara prueba de la elocuencia popular, fuerza persuasiva y unción religiosa y aun mística de su predicación.

Luego siguió un amplio recorrido por la Toscana, Lombardía, Romaña, Marca de Ancona. La madurez de su criterio y experiencia, la eximia santidad de su vida y la aureola de reputación que lo acompañaba, todas estas circunstancias juntas producían un efecto sin precedentes. Nada se resiste a su arrolladora elocuencia. Así, con su palabra de fuego, consigue fácilmente detener a los sieneses en su ya iniciada guerra contra Florencia. Precisamente en esta ocasión el emperador Segismundo se encuentra en Siena y traba con él la más íntima amistad, y en abril de 1433 le lleva consigo a Roma.

Desde 1433 se inicia la última etapa de la vida de San Bernardino. Retirado al convento de Capriola, se dedica tres años al trabajo de redacción de sus obras.

En 1436 dedícase de nuevo dos años a la predicación. En 1438 es nombrado vicario general de los conventos de la observancia, y en inteligencia con Eugenio IV (1431-1447), que tan decididamente la favorecía, trabaja desde entonces en fomentarla por todas partes. Es significativa, en este sentido, la carta dirigida el 31 de julio de 1410 a todos sus súbditos. Con la anuencia de Eugenio IV toma como ayudante en esta obra de reforma regular a San Juan de Capistrano, su más insigne discípulo, émulo de su elocuencia popular y de la eximia santidad de su vida. En esta forma visita las provincias de Génova, Milán y Bolonia. Es un nuevo campo, donde realiza una labor sumamente provechosa.

Finalmente, en 1442, admite el Papa su renuncia a este cargo. Parece que podía entonces dedicarse al descanso. Pero su espíritu apostólico no se lo permite. Agotado por las fatigas de tantos años de predicación y por una vida de continuas austeridades y la observancia más estricta de la disciplina religiosa, siente reanimarse su espíritu entregándose de nuevo a la predicación. Así lo vemos en Milán, en el otoño de 1442, donde combate la herejía de un tal Amadeo; predica en Padua en 1443 una serie de sesenta sermones, que, copiados literalmente por uno de sus oyentes, constituyen, una de las mejores joyas de la elocuencia sagrada; tiene que negarse a predicar en Ferrara, y aparece luego en Vicenza. A principios de 1444 tiene un breve descanso en su querido convento de Capriola, donde acaba de revisar algunas de sus obras, en particular sus Discursos sobre las Bienaventuranzas. Al exponer el Bienaventurados los que lloran da suelta a su tierno corazón por la honda pena que acababa de experimentar por la muerte del hermano Vicente, compañero suyo inseparable durante veintidós años. "Débil de cuerpo —exclama—, con frecuencia yo he estado enfermo. Entonces él me sostenía, él me conducía. Si mi cuerpo se sentía débil, él me alentaba. Si me sentía decaído o negligente en el servicio de Dios, él me excitaba. Yo era imprevisor, olvidadizo; pero él velaba por mí. ¿Cómo me has sido arrebatado, oh Vicente? ¿Cómo me has sido arrancado, tú que eras como una misma cosa conmigo, tú que eras tan conforme a mi corazón?"

Tal es San Bernardino al final de su vida: el gran predicador popular, que ha transformado con su palabra y ejemplo comarcas enteras de Italia; el gran propagador de la devoción del nombre de Jesús, a la que dedicó escritos maravillosos; el gran entusiasta de la devoción a María; el gran reformador y defensor de la observancia; el enamorado de Cristo al estilo de su padre, San Francisco de Asís. Es un sol que se halla en su ocaso. Todavía quiere predicar a Cristo. Sacando fuerzas de flaqueza, se decide a ir a predicar a Nápoles. En el camino predica en varios lugares; obra varios milagros; se detiene en Asís, en Santa María de los Angeles; pero, llegado a Aquila, rendido al cansancio, muere el 20 de mayo, víspera de la Ascensión. Seis años después, el 24 de mayo de 1450, el papa Nicolás V (1447-1555), cediendo a los clamores del pueblo cristiano, le eleva al honor de los altares.

San Bernardino de Siena es, indudablemente, uno de los más grandes santos del siglo XV, uno de los mejores modelos de la predicación popular cristiana, uno de los más preciosos ejemplos de aquel puro y encendido amor de Cristo, tan característico de su padre San Francisco de Asís y del espíritu franciscano de todos los tiempos.

Fuente: BERNARDINO LLORCA, S. I.

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