
Pero hay que saber distinguir que los animales no son juguetes aunque sean regalos.
Tienen unas necesidades físicas y de afecto, necesitan los cuidados adecuados y una inversión en suministros y juguetes y consultas veterinarias y vacunas, y necesitan de nuestro tiempo y dedicación.
El que tiene un animal como compañero debe saber que su responsabilidad es total ¡y por ley! (aunque es lógico, mirad las cartillas de los animales) y que debe cuidarlo como se merece; de hecho verá recompensado su "no esfuerzo" porque los animales son agradecidos, y los que parece que no lo son seguramente tienen el motivo en el "amo" que hace algo mal sabiéndolo o no.
Por otra parte, los animales no se compran ni se venden. Sí su pedigree, así que si quieres un gato o un perro de raza legítima -con papeles y líneas y tal, entonces deberás pagarlo, así como las personas debemos hacerlo con los títulos nobiliarios, grandezas, realezas y demás.
Pero la raza no garantiza un carácter: cada ejemplar, como cada persona, tiene el suyo.
Y hay muchísimos animales esperando ser adoptados. Animales abandonados porque sus "dueños" se olvidaron de que los cachorros crecen, o no supieron qué hacer con ellos al irse de vacaciones, o los dejaron de querer, o se olvidaron de que son seres vivos. Otros porque ya no valen para lo que valían, como pasa con los perros cazadores o el tremendo problema de los galgos y sus crueldades asociadas.
Esto, que es terrible con cualquier animal, se agrava en el caso de los gatos, que no suelen tener ni siquiera refugios, y los cachorrillos no suelen sobrevivir porque se cobijan para pasar la noche debajo de la rueda de un coche o en el tubo de escape, con lo cual mueren a la mañana siguiente.
Lo mismo ocurre con los que son metidos en bolsas de basura y tirados a contenedores como si fueran un vasito de un yogur, o los que son metidos en sacos y lanzados a la carretera o a los ríos para que se ahoguen.
Y los que consiguen sobrevivir tienen todas las papeletas para ser atropellados. Los que van a alguna protectora probablemente tengan los días contados para ir al matadero y ser incinerados: problemas fuera.
Es por ello que recomiendo tanto la adopción, y tenéis para los que os interese un montón de enlaces en la columna destinado a ello a la izquierda de este blog, mezclados con los demás enlaces porque soy desordenada, pero ahí están.
Los animales caseros además deben ser esterilizados para evitar camadas no deseadas y que no se reproduzca el círculo vicioso del abandono... además para evitar problemas de comportamiento con el celo y de salud.
Mi gato Max fue encontrado por una buena amiga y su pareja en un parque cercano a mi casa; estaba tan aterrorizado que una cuidadora de gatos pensó que moriría por no haber visto nunca un gato tan asustado, ¡y es una especialista!
Yo estaba de viaje en Florencia y a mi vuelta me lo ofreció. Un gato negro con la cola rota de nacimiento. No tenía ni dos meses, y ya había pasado una semana en casa de la cuidadora. No lo dudé. Al mismo tiempo pensé que estaba loca; ¡yo era de perros! Y si no tengo uno ahora es porque considero que los perros no están hechos para vivir en un piso y, en el caso de que así lo hagan, hay que pasearlos horas y horas para que disfruten; creo que de esto sabéis bastante todos los que hayáis visto el programa de César Millán en la Cuatro, "El encantador de perros".
El caso es que no tenía ni idea de cómo se cuidaba un gato ni qué había que hacer. Me puse urgentemente a mirar en todas partes, en internet, a leer libros, a pedir información a conocidos... Todo fue sobre ruedas. Al principio, además de la alegría de tener al cachorrito contento y feliz en casa, tan lindo, me sentía orgullosa por haberle salvado la vida. Pero a medida que nos fuimos conociendo e interactuando me llevé la sorpresa más grande de mi vida del grado de conexión que se puede tener ¡con un gato! No sé si Max es especial; está claro que es diferente a otros gatos, pero sí que hay esa conectividad entre gatos y personas, que tantos desconocen como me pasaba a mí. Ahora mi gato es mi rey, y me avergüenzo de haber estado orgullosa por salvarle, cuando es una de las mejores cosas que he hecho en mi vida.
Y por último quiero decir que los gatos callejeros no existen: son gatos abandonados. La mayoría muere al poco, como decía hace unas líneas; los que logran sobrevivir y no son atropellados son sometidos a todo tipo de tropelías por personas intolerantes que los envenenan o torturan, ¡incluso niños! Y los típicos "locos por los gatos" que les dan comida y pensamos que fomentan los problemas de salubridad, lo que están haciendo es lo contrario: los desparasitan y vacunan, los esterilizan, les dan medicamentos que necesitan y eso por su propia cuenta, ¿quién aporta dinero a una asociación de gatos que no tiene ni siquiera un refugio? Vaya desde aquí toda mi admiración y mi aplauso a los que se dedican a esa labor, y sobre todo quiero que conozcáis un poco más el mundo de los gatos, del que tan poco sabía y tan mal estaba informada yo, porque veo a mi alrededorr que nos pasa a la mayoría y sobreviven los falsos mitos. Los gatos son limpios, limpísimos; no huelen mal; si huele es porque el dueño no limpia la arena, igual que si usa el baño y no tira de la cadena... Además hoy en día existen productos, como las arenas aglomerantes, que facilitan no sólo la tarea sino los "efectos secundarios". Los gatos son muy limpios; los gatos huelen bien y son suaves, los gatos son cariñosos y nos reclaman nuestro cariño y atención; los gatos no se comen las plantas si se les enseña y se les da hierba gatera; etc.
Un animal nos da la vida a nosotros; salvémoslos de una muerte segura, de una vida enjaulada, de una tristeza infinita por verse en una situación que no comprenden.
Podría estar horas hablando sobre esto pero creo que con este "rollito" es suficiente, en especial en estas fiestas: quiero dejar claro el mensaje que transmite mi amiga Belem: un animal es un regalo, no un juguete.
Mi clan "Locos por los gatos" en Netlog, aquí.

Maxi, cuidando a Tartaruga e intentando saber si es Petronio o Xudite...